“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

Argentina. Esteros del Iberá avanzada del ecoturismo.

De la superficie total de los Esteros del Ibera, 533 mil hectáreas pertenecen al Parque Provincial Iberá y 150 mil son propiedad de la fundación Conservation Land Trust, en manos de los herederos del empresario estadounidense Douglas Tompkins. Fue el deseo del millonario que las tierras fuesen donadas al Estado argentino para la creación de un Parque Nacional. Para ingresar a la zona el viajero debe acercarse a alguno de los cinco portales de acceso, pequeños pueblos ubicados alrededor de la reserva hasta ahora dedicados al agro y en proceso de adaptación al turismo. Uno de ellos es Concepción Yaguareté Corá, en el extremo suroeste y a 200 kilómetros de Corrientes capital. Concepción fue posta de descanso en 1810 de las tropas de Manuel Belgrano durante la guerra de la independencia de España y mantiene intacta la estructura clásica de los pueblos del interior argentino: una plaza central rodeada de las edificios públicos más importantes, además del bar, la heladería y, desde hace 4 años, un hotel. La llegada de turistas es incipiente, pero en Concepción confían en que el Plan Maestro de Desarrollo del Iberá, anunciado por los gobiernos nacional y provincial, facilitará el despegue definitivo. El plan prevé mejorar las vías de acceso, habilitar la navegabilidad de los canales, mejorar la infraestructura hotelera y coordinar con los municipios lindantes el desarrollo de un turismo que no altere el medio ambiente, principal valor de la reserva. Hoy acceder al estero desde Concepción exige internase en un todo terreno por un camino rural de 30 kilómetros que atraviesa campos privados, abrir tres tranqueras con candado y pasar por la casona de El Tránsito, uno de los campos comprados por Tompkins. Desde allí se sigue por una senda hasta el Puerto Carambolita, un muelle en construcción que permite subir a las canoas en las que se recorrerá el arroyo Carambola, principal vía de agua de los Esteros. Allí es donde comienza la experiencia más intensa, con los yacarés calentando su sangre fría al sol a metros del visitante y los pájaros sobrevolando el atardecer.

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 Fuente: El Pais