“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

El 92 % de la población mundial vive en lugares donde los niveles de calidad del aire exceden los límites fijados por la OMS.

El respirar aire contaminado según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) provoca 6,5 millones de muertes al año, siendo el Sudeste asiático, el Mediterráneo oriental y el Pacífico occidental las zonas más afectadas. Sólo una de cada diez personas respira un aire que está dentro de los parámetros permitidos por la OMS. La contaminación del aire también aumenta el riesgo de infecciones respiratorias agudas, cardiovasculares,  cerebrovasculares, entre otras. Los datos más detallados provienen de mediciones por satélite, modelos de transporte aéreo, y de monitores de estaciones terrestres en 3.000 puntos en 103 países, tanto rurales como urbanos. Entre las principales fuentes de contaminación del aire figuran transporte con motores alimentados con combustible fósil, quema de combustible en los hogares y la quema de desechos, las centrales eléctricas alimentados con hidrocarburos y las actividades industriales. Por ello es necesario energías limpias y renovables.  La falta de políticas de prevención y control ambiental se refleja en grandes urbes como la Ciudad de Buenos Aires, que -según el relevamiento de la OMS- se ubica entre las localidades que registran una contaminación que puede ser perjudicial para la salud. El estudio midió el nivel de las partículas contaminantes PM 2,5, conocidas como finas porque son las más pequeñas y por ende más nocivas, ya que pueden penetrar directamente en los pulmones. Las altas concentraciones de estas partículas finas se asocian con un gran número de muertes causadas por infartos y ataques cerebrales.

Para el abogado Javier Crea, especialista en Derecho Ambiental, «el aire porteño excede el nivel que la OMS considera «razonable» y lo aceptable para el organismo de salud de Naciones Unidas es que haya una media anual de hasta 10 microgramos por metro cúbico». Pero en la ciudad Buenos Aires está en 16. El distrito porteño tiene una menor cantidad de partículas contaminantes que Quito, Asunción, San Pablo, Caracas, Ciudad de México, La Paz, Santiago de Chile; Bogotá y Río de Janeiro, si se toman algunas de las grandes ciudades de la región.

El abogado Marcelo Capelluto, especialista en Derecho de los Recursos Naturales y Protección al Ambiente y docente universitario en la materia, señala que se deben elaborar políticas de prevención y control de la contaminación atmosférica. «Los Estados deben elaborar políticas públicas tendientes a la mitigación de esta problemática. Si los motores que se utilizan en los diferentes transportes y en las industrias fuesen con energía limpia, ya sería un gran avance”, razona Capelluto, para quien es posible que el cambio de tecnologías por el agotamiento del petróleo favorezca este proceso en un tiempo mucho más corto del que se piensa. En la Cumbre de París el mensaje que se dio es claro,  hay que reducir las emisiones causadas por los hidrocarburos,  es decir menos carbón, petróleo y gas.

Fuente OMS