“Cuando quieras emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas; cuando vean que no pueden detenerte, te dirán cómo tienes que hacerlo; y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.
John C. Maxwell

La Convención Internacional de Protección Fitosanitaria afronta los desafíos del comercio globalizado, en especial con los contenedores.

Contenedores apilados en el puerto de Bs. As.

Segíun la FAO, los «vertidos biológicos» suponen una amenaza a largo plazo y no tienen tanta repercusión en la opinión pública. El comercio es el vector, los contenedores el vehículo. Las especies invasoras llegan a nuevos hábitats por diversas vías, pero la principal es el transporte marítimo.  Y hoy en día este tipo de transporte conlleva la utilización de contenedores. En todo el mundo, se realizan unos 527 millones de desplazamientos de contenedores marítimos cada año: China mueve por sí sola más de 133 millones de contenedores al año. No sólo la mercancía puede actuar como un vector para la propagación de especies exóticas capaces de causar estragos ecológicos y propagar enfermedades, sino también los propios componentes de acero de los contenedores. Por ejemplo, un análisis de 116 701 contenedores para el transporte marítimo vacíos que llegaron a Nueva Zelanda en los últimos cinco años reveló que uno de cada diez estaba contaminado exteriormente, el doble de la tasa de contaminación interior. Entre las plagas encontradas: la oruga lagarta, el caracol gigante africano, las hormigas argentinas y el chinche apestoso marrón marmolado. Todas ellas amenazan los cultivos, los bosques y los entornos urbanos. Un hongo exótico acabó con miles de millones de castaños americanos a comienzos del siglo XX, alterando el paisaje y el ecosistema, mientras que hoy el barrenador esmeralda del fresno representa una amenaza similar para un árbol valioso. Pero quizás el mayor «vertido biológico» de todos los tiempos se produjo cuando un microorganismo eucariota, similar a un hongo y llamado phytophthora infestans (destructor de plantas),  zarpó desde América a Bélgica. A los pocos meses llegó a Irlanda, desencadenando una plaga de la papa que provocó una mortífera hambruna y una migración masiva de la población.  Un sapo gigante tóxico que prolifera en Australia, desembarcó recientemente de un contenedor que transportaba mercancías a Madagascar, un paraíso de la biodiversidad. La capacidad de las hembras para poner hasta 40 000 huevos al año le convierten en una amenaza catastrófica para las aves y lémures locales, al tiempo que pone en peligro el hábitat de una gran cantidad de animales y plantas. En Roma, las autoridades municipales están intensificando su campaña anual contra el mosquito tigre, una especie invasora que llegó por barco de Albania en los años 70. El Aedes albopictus, conocido por sus agresivas picaduras, prolifera actualmente en Italia y el calentamiento global facilitará que colonice zonas de Europa septentrional. Éste es el motivo por el cual los países del mundo se unieron para aprobar la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) con el objetivo de ayudar a detener la propagación de plagas y enfermedades a través del comercio internacional trasfronterizo, y de proteger a agricultores, silvicultores, la biodiversidad y el medio ambiente.

Contenedores apilados en el puerto italiano de Salerno

Contenedores apilados en el puerto italiano de Salerno

 

Fuente FAO

http://www.fao.org/news/story/es/item/412721/icode/