La rúcula fue la verdura más «fumigada» de las analizadas con la presencia de 5 químicos diferentes incluyendo forato, un producto que desde 2011 no puede utilizarse en el sector agropecuario según la resolución 532/2011 de la Secretaría de Agricultura de la Nación.
Ese mix de químicos tiene además efectos no estudiados ya que algunos productos se potencian cuando interactúan con otros, algo más alarmante aún al tratarse de una verdura que se come cruda.
En algunos casos, los valores de agroquímicos encontrados superan el límite máximo residual (LMR) establecido por el Senasa. Es el caso por ejemplo de la cipermetrina, un insecticida hallado en rúcula y en la lechuga, ambos se consumen sin cocinar, con valores por encima de los considerados como inocuos (se encontraron 0,011 mg/kg. en rúcula y 0,012 mg/kg. en lechuga, cuando «por defecto» sus valores seguros no deben superar 0,01 mg/kg.). Además, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) tiene clasificado a este producto como altamente tóxico en peces y abejas y como «posible carcinógeno humano».
El procymidon, un fungicida, fue hallado en pimiento verde y rojo, lechuga, apio y tomate. Es un fungicida catalogado como posible carcinógeno en humanos en Estados Unidos y prohibido desde el año 2008 en la Unión Europea pero tolerado en Argentina. El análisis encontró dosis toleradas según ley argentina en el pimiento y en el tomate, pero en cambio superan el límite de Senasa en lechuga y en apio. En el caso de la lechuga la cantidad de agroquímico hallado superó un 50 por ciento el límite legal (1,524 mg/kg. contra 1 mg/kg. permitido).
El insecticida clorpirifos, hallado en la rúcula y en el puerro, está prohibido en Argentina desde el año 2009 en formulaciones domisanitarias pero sigue siendo tolerado en agricultura. En el listado de LMR del organismo no aparecen ninguna de esas dos verduras para el caso de ese insecticida, a pesar de que la rúcula tenía una dosis de 0,07 mg/kg., un valor superior al considerado seguro «por defecto» de 0,01 mg/kg. correspondiente al límite de detección del método de análisis.
El forato (phorate), un insecticida y acaricida encontrado en la rúcula ni siquiera aparece en el listado de químicos del Senasa ya que su uso se encuentra prohibido en Argentina según resolución 532/2011 de la ex Secretaría de Agricultura nacional: «Se prohibe la elaboración, importación, exportación, fraccionamiento, comercialización y uso de esta sustancia activa como así también de los productos fitosanitarios formulados en base a ésta, para uso agropecuario, en todo el territorio» argentino.
El fosmet (insecticida) fue encontrado en la rúcula. Tampoco tiene LMR establecido por Senasa para esa verdura de hoja, a pesar de que la Organización Mundial de la Alimentación (FAO) recomienda establecer límites máximos de aplicación para ese químico.
El profenofos, que nunca fue autorizado en la Unión Europea, fue encontrado tanto en las muestras de frutilla como de lechuga y de zanahoria. Este insecticida además está prohibido en varios países de la región como Brasil, Colombia y Paraguay.