En un tambo, donde las vacas comen día y noche en la pradera y son ordeñadas para la producción de leche y quesos, se generan diariamente kilos y kilos de bosta. Un pequeño establecimiento uruguayo aprovecha la materia fecal de sus vacas para convertirla en energía a traves del biogas y, a la vez, en biofertilizante, un abono orgánico natural. Se trata de un proyecto que obtuvo fondos del Programa de Pequeñas Donaciones (PPD), una institución que funciona en países en desarrollo, financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El objetivo es mitigar el cambio climático a través de la generación y el uso de energías alternativas a pequeña escala. Cuando la caca de vaca se degrada genera metano que se libera a la atmósfera. El metano genera 20 veces más efecto invernadero que el dióxido de carbono. Con esta técnica el metano no sólo no contamina sino que al liberarse dentro del biodigestor produce gas que sirve como combustible para ser usado en el tambo.
Fuente: BBC Mundo